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Una bolsa internacional para minimizar riesgos

Març 16, 2008

Sin prisa pero sin pausa, las grandes empresas españolas han lanzado sus tentáculos por todos los países del planeta y ahora recogen los frutos de esa labor. En una coyuntura de desaceleración económica que amenaza a España debido a su dependencia del sector del ladrillo –aunque la previsión de crecimiento es mejor que la de Europa o EE UU –, el esfuerzo exterior de las empresas españolas tiene un valor incalculable. Un mercado diversificado geográficamente es un mercado que reparte los riesgos, y que está más protegido de las turbulencias locales aunque, obviamente, no puede evitar las globales. Es más, esta ventaja, según los analistas, es más relevante que la merma en los beneficios obtenidos del exterior por efecto de la subida del euro.

El quinto récord consecutivo de beneficios anuales de las compañías del Ibex 35, tras ganar 48.794 millones de euros en 2007, un 14% más, se debe en gran parte a este factor. “El Ibex, para bien y para mal, no representa a la economía española”, sentencia Ofelia Marín- Lozano, jefa de análisis de Banca March.

Cualquier viajero tiene constancia del creciente peso de las compañías españolas en el resto del planeta. Barack Obama se hace fotos de campaña en fábricas de Gamesa, y se puede hablar por teléfono móvil en Berlín a través de la red de Telefónica, adquirir un vestido de Zara en Tokio o sacar dinero de un cajero de BBVA en México. La internacionalización ha ganado intensidad en los últimos años, de tal forma que las empresas que forman parte del índice de referencia de la Bolsa española obtuvieron fuera de España el 47% de sus ingresos el pasado ejercicio –167.587 millones de euros – cuando tan sólo cinco años antes, en 2002, el porcentaje se situaba en el 37,9%.

España ha pasado a jugar en primera división; las empresas compiten en un entorno cada vez más globalizado y llevaron a cabo un estudiado proceso para ampliar sus vías de ingresos. A mediados de los años 90 dieron el salto a América Latina. Con la cultura y el idioma como punta de lanza, los grandes bancos, las utilities y las petroleras con denominación de origen español se pusieron manos a la obra. Invirtieron en la región más de 120.000 millones de euros entre 1993 y 2005, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Según la información remitida por las propias compañías a la CNMV, las ventas fuera del área OCDE –que comprende principalmente los países latinoamericanos, excepto México – representan el 22,3% de sus ingresos totales.

Con la llegada del año 2000, tiraron de talonario y dieron el salto de calidad con compras en países europeos. Evitan así los dolorosos vaivenes de las economías emergentes. El Reino Unido, destino que menos escollos políticos ha impuesto, ha sido objetivo de Telefónica (O2), Banco Santander (Abbey), Iberdrola (Scottish Power) o Ferrovial (BAA). La Unión Europea alcanzó el año pasado el 16,9% del total frente al escueto 5,5% correspondiente a 2001.

La guinda del pastel viene con el desembarco en la mayor economía del mundo: Estados Unidos. Tanto BBVA como el banco presidido por Emilio Botín han dado los primeros pasos, y han obtenido sus primeros frutos. Como señala José Manuel Pazos, socio director de IGF, otras áreas a las que España está acudiendo de forma creciente es Europa del Este y el Norte de África. En conjunto, el balance es incuestionable. Los ingresos del exterior han experimentado un crecimiento, después de sufrir un notable revés entre 2002 y 2003 ante la inestabilidad de los principales países de América Latina, del 86,5% respecto a los 89.876millones de euros cosechados en 2001.

Ventajas e inconvenientes

Entre los grandes blue chips, no hay ninguno que dependa exclusivamente de España. De esta forma, BBVA,

Banco Santander, Repsol y Telefónica obtuvieron 105.710 millones de euros en otros países, frente a los 75.752 millones que procedieron exclusivamente del bolsillo de los españoles.

Los expertos señalan, por tanto, que el riesgo de estar expuesto a una única zona geográfica no es de temer en la mayor parte de las empresas. Además, en algunos casos, las operaciones internacionales han supuesto una ampliación de actividades, como ocurrió con Ferrovial y su aterrizaje en el negocio de la gestión aeroportuaria con la compra de BAA. “A la vista de estas cifras, está claro que la Bolsa española no tiene por qué resentirse más que otras europeas por una desaceleración doméstica”, señala la experta de Banca March.

Pero también hay desventajas en el horizonte, como la fortaleza del euro. “La caída del dólar no sólo afecta a las posiciones en Estados Unidos. Las monedas de América Latina están muy relacionadas con el dólar, de tal manera los beneficios y dividendos se reducen con la conversión euro. Eso sí, disfrutan de la ventaja de estar ubicadas allí, por lo que tienen los costes en moneda local”, explica el socio director de IGF.

La otra cara negativa es inevitable cuando se juega en primera, y es que la competencia es más feroz. A veces, incluso desleal: Según fuentes del mercado, el bulo de profit warning –revisión a la baja de las previsiones de beneficios – que lastró la cotización de Telefónica las jornadas previas a que la operadora presentara el 28 de febrero sus cuentas de 2007 tuvo su origen en uno de sus principales rivales.

Lo que quiere el mercado

Pero los factores positivos se imponen a los negativos. “La diversificación siempre es bien valorada, pero todavía más en momentos como el actual. Los gestores de los grandes fondos se muestran negativos con la economía española y quieren empresas que no dependan en un alto grado del ciclo español”, concluye José Manuel Pazos.

Ahora bien, ¿seguirá esta tendencia a corto plazo? Andrés Baltar, director general de Barclays Capital, señala que hasta el año pasado todo fueron facilidades para emprender operaciones, como se mostró con la compra de Scottish Power por Iberdrola e, incluso, la posterior refinanciación de la deuda por esa transacción que se cerró con éxito en noviembre.

Pero en la actualidad la atmósfera es diferente. La banca, en general, tiene dificultades de liquidez y el crédito se ha convertido en un bien escaso. Baltar destaca que en este contexto tampoco hay encima de la mesa grandes operaciones como la citada, pero no descarta que se produzcan nuevas compras. La caída de las cotizaciones ha dejado algunas empresas baratas. Si las operaciones tienen sentido industrial y las plantean empresas sólidas, la banca aportará dinero, aunque la financiación sea más compleja y cara.

En cualquier caso, hay historias de éxito para mantener la estrategia de crecimiento en el exterior. Acerinox es uno de los mejores ejemplos de internacionalización, y es un líder en su área. Inditex tampoco se queda corta, con 3.737 tiendas a lo largo de los cinco continentes. Su perseverancia permite al grupo de Amancio Ortega obtener el 60% de sus ingresos fuera de España, según sus últimas cuentas semestrales. Las de su ejercicio fiscal de 2007, que va de febrero a enero, se publicarán el próximo 31 de marzo.

Pequeñas pero cosmopolitas

Son de menor tamaño, pero conocen sobradamente cómo hacer negocios fuera de España.

Las empresas del mercado continuo que no forman parte del Ibex 35 lograron fuera más de tres de cada diez euros el año pasado (véase gráfico). Exactamente, el 30,7%, una cifra inferior a la de sus hermanas mayores, pero también muy significativa y en línea con el 31,3% obtenido en 2006 y el 28,5% de 2005. Estas cifras no incluyen, en todo caso, ni EADS ni Arcelor Mittal, que cotizan en España pero tienen su sede social fuera y obtienen la mayor parte de los ingresos fuera.

Sus redes, a imagen y semejanza de las firmas incluidas en el índice de referencia, están llegando con fuerza especialmente a los países de la Unión Europea, de donde obtuvieron el 15,2% de su facturación. Como ocurre siempre, algunas tienen más ganas que otras de ir en busca del dinero exterior, y unas cuantas, incluso, dependen más de fuera que de dentro. Son auténticas multinacionales de bolsillo. Uno de los casos más llamativos es el de Tavex Algodonera, una histórica compañía líder en la producción de denim, el tejido utilizado para la confección de pantalones vaqueros, que en 2006 se fusionó con la brasileña Santista. Actualmente, sólo el 2,3% de sus ingresos proviene de España. El grupo de alimentación Natra y su filial especializada en ingredientes biotecnológicos, Natraceutical, constituyen otros dos claros ejemplos de que no es necesario tener un gran tamaño para hacer negocios en otros países. Los ingresos nacionales suponen el 14,3% de la primera y sólo el 4,9% de la segunda. Tubacex también ha pilotado con éxito su internacionalización y renovación, al tiempo que se beneficiaba de la subida de los precios del petróleo. De hecho, en su plan estratégico para 2012 su principal objetivo consiste en convertirse en el líder mundial del sector de tubos sin soldadura.

Tres formas diferentes de cruzar fronteras

SERVICIOS: Acercarse a los mercados

Los blue chips se dedican principalmente a la prestación de servicios y no a la comercialización de productos, así que se han visto obligados a colocarse cerca de sus clientes potenciales para poder competir en el exterior. Son los casos de los bancos, como BBVA o Santander, las eléctricas o Repsol. Además, han elegido mayoritariamente el método de las adquisiciones, el más rápido y el que les proporciona ingresos instantáneos con los menores riesgos.

EXPORTACIÓN: La vía preferida de las ‘small’

Fabricar aquí para vender fuera. Sólo es necesario contar con una red de distribución y, en algunos casos, del apoyo de socios locales. Éste es el método más empleado por las pequeñas y medianas compañías a la hora de colocar sus productos fuera de España y así lo hacen conocidas firmas del sector de la alimentación, como Ebro Puleva y Sos Cuétara. Otro ejemplo es el fabricante textil Dogi, que obtiene el 83% de sus ingresos gracias a las exportaciones.

CONTRATOS: Más estabilidad para el valor

Otra manera de viajar en los negocios es asegurarse una misión en un país lejano a través de un contrato. Es la forma más segura, puesto que los ingresos están garantizados. Ésta es la vía que utilizan Indra, especialista en realizar recuentos electorales, Cintra, cuya forma de amasar beneficios son las concesiones de autopistas en todo el mundo, o Técnicas Reunidas, dedicada a proyectos de ingeniería, especialmente los relacionados con los sectores petrolero y gasístico.

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